Muchas veces confundimos términos y catalogamos las cosas de lo que no son. Desde aquí quiero utilizar mi blog con el fin de aclarar ideas malentendidas y apoyar a todas aquellas mujeres que, como yo, luchan por lo suyo y no se callan ante ataques políticos y sociales.
La semana pasada, sin ir más lejos me decían que si me considero una persona pacífica no podían entender como mis ideas llegaban a ser tan extremistas ya que se pueden llegar a mezclar con la violencia.
Personalmente pienso que tener unos ideales firmes no significa ser extremista y mucho menos violento, todo lo contrario, mi postura se vuelve extremista precisamente por eso.
Si lo pensamos todas detenidamente llegaremos a la misma conclusión.
Es ley de vida que tarde o temprano todas acabemos siendo madres y muchas veces nos han planteado la situación de los inmigrantes desde ese punto de vista, alegando que roban para darle de comer a sus hijos y por eso, precisamente por eso deberíamos defender lo nuestro, nuestra descendencia.
Mi madre me educó con unos valores que hoy por hoy los sigo teniendo. Nunca se dedicó a robar al vecino para darme de comer a mí. Se dedicó a trabajar para poder cubrir todas mis necesidades ( comida, educación, estudios,…) y trató de ser parte de una sociedad limpia y segura en la que pudiera tener las mayores facilidades para continuar esa educación con los míos. Pero esto no fue así. Todo lo que había a mi alrededor fue dando un giro de 180º hasta que se vio teñido con un manto negro que hizo que los míos no estén seguros en las calles.
Yo jugaba en la calle, mis hijos no lo podrán hacer. Yo paseaba con mi madre por el parque, mis hijos no lo podrán hacer. Yo tuve una educación firme, mis hijos no la podrán tener. Sin embargo hay algo que yo nunca tuve y ellos siempre podrán tener…
Un montón de amigas violadas, una educación basura, una cola del paro de 200 personas a las 8 de la mañana y una discriminación social simplemente por ser de su país. ¡Suerte hijo!